Esta frase me la dijo una paciente hace no mucho. 

Yo la había visto en consulta, le propuse operarse y al final decidió operarse en otro centro. Yo siempre animo a pedir una segunda opinión, y ella lo hizo. 

 

Se operó, pero ¿sabes en qué se equivocó? 

En no dedicarle tiempo a sus dudas. Nadie le explico qué tiempo tardaría en recuperarse, ni siquiera la cantidad de complicaciones que pueden surgir después de una cirugia. Simplemente le recomendaron la cirugia, se la ofrecían pronto... y se operó. Yo creo que el resultado de su cirugia fue bastante bueno, pero ella cuando se operó tenía otras expectativas... no hubo nadie que le dijera "oye, que aunque te operemos bien, en casos como el tuyo es normal que quede una molestia". Y ahí está todo el fallo de su cirugía. No fue un fallo técnico. No fue un fallo en recomendarle la cirugía. Tampoco fue un retraso en la rehabilitación o una fisioterapia mal hecha. 

 

Simplemente no le dedicó suficiente tiempo a sus dudas. 

 

Pero ojo, que a mí, en los embarazos de mi mujer, cuando íbamos a las consultas, siempre se me olvidaba hacer alguna pregunta... y me acordaba en el parking. 

Lo peor es que me ha pasado en todos los embarazos. 

Tenía que estar molestando a compañeros para que me resolvieran esas dudas que se me habían quedado. Si no hubiéramos tenido amigas ginecólogas, habríamos tenido que buscar algo parecido a esto (pero de Ginecología). 

Todos salimos con dudas. ¿Me opero, no me opero? O cómo es la cirugía, el dolor después de operarse. Si vas a estar mucho tiempo de baja. O cuáles son las complicaciones más habituales.